Guía de jardinería

El género Echinacea se compone de varias especies de plantas herbáceas perennes. El origen de las equináceas se encuentra en el este de Norteamérica. Tienen un cierto parecido con las margaritas pero el disco central es más abultado y sobresale por arriba, mientras los pétalos se doblan hacia abajo.

Arriba echinacea «green jewel» de unos 90 cm de altura. Florece durante casi todo el verano, prefiere la exposición al sol y en cuanto al suelo lo prefiere rico en humus. Las equináceas suelen plantarse en arriate, les gusta el sol y el suelo con buen drenaje.

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Una nueva receta para ayudar a combatir las plagas y enfermedades en nuestro jardín pero siempre de una manera natural. La receta de hoy es con tabaco, más específicamente infusión de tabaco.

La infusión de tabaco es ideal para el control de control de cochinillas, pulgones y gusanos. Hacerla es muy sencillos y sólo necesitas:

• 60 gramos de tabaco.
• 1 litro de agua.
• 10 gramos de jabón blanco.

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Está técnica es la que tiene mayor propagación para la mayoría de los árboles, arbustos y trepadoras. Gajos, son aquellas porciones vegetativas de la planta que, en condiciones propicias de luz, temperatura, humedad y suelo, tienen la capacidad de regenerar un individuo idéntico a la madre.

Si bien la luz debe ser abundante, no se recomienda una exposición directa. La temperatura debe oscilar entre los 18 y 21 ºC en las hojas. La humedad debe ser alta. Por este motivo, es necesario pulverizar las hojas para mantenerles una película de agua y evitar la deshidratación. El suelo debe poseer en iguales cantidades turba, tierra zarandeada y arena de río. Es muy importante seleccionar el material con mucho cuidado. Hay que buscar plantas sanas y fuertes para evitar que los brotes presenten enfermedades y plagas.

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La cancrosis es una enfermedad producida por bacterias. Ataca hojas, ramas, fruto y raíces. Los síntomas que presentan las plantas suelen ser diferentes según la especie y la bacteria de que se trate.

Provoca defoliación, caída y/o lesiones en las plantas con frutos y decadencia general de los árboles afectados.

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Lo primero a chequear antes de plantar una semilla, es que la tierra esté libre de insectos, hongos y malezas. Además, debe estar desmenuzada, sin cascotes ni piedras que impidan la germinación de la semilla.

Para germinar, las semillas necesitan, aire, humedad y cierta cantidad de calor. Esto es muy importante, ya que cualquier hongo o descuido en cuanto a la calidad de la tierra podrían llevar al fracaso de nuestra siembra.

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No teman, no les causarán ningún daño. Los jardines salvajes o naturales se resumen en una palabra, libertad. El concepto es muy sencillo, dejar que la naturaleza se exprese naturalmente. Aunque ello no significa dejar que las plantas crezcan a su antojo y no intervenir para nada. No, el jardinero tiene que dirigir el crecimiento de las plantas pero su mano, su trabajo no debe notarse. En los jardines clásicos, como los Jardines de Luxemburgo, para no salir de París, la mano del hombre se nota constantemente, en el jardín salvaje no debe notarse apenas.

En París encontramos diversos ejemplos de jardines naturales, tomando el metro podemos sumergirnos de pleno en «la naturaleza salvaje» en pleno corazón de París.

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