Originario de Asia y África, el albaricoquero es un árbol frutal propio de las zonas templadas. De tamaño medio (alcanza entre seis y ocho metros en edad adulta), el albaricoquero común se presenta como un árbol uniforme, de copa redondeada y ramas extendidas. Su madera es de color rojizo y no está muy valorada en la industria maderera. El albaricoquero requiere suelos ligeros, fértiles, drenados, profundos y con un clima benigno. Requiere humedad constante pero no hace falta regarlos con asiduidad pues el exceso de agua les puede perjudicar.
![Albaricoquero 1](https://www.guiadejardineria.com/wp-content/uploads/2014/08/el-albaricoquero-1.jpg)
Aunque prefiere el calor al frío, podemos cultivar el albaricoquero en zonas frías siempre y cuando protejamos la planta manteniéndola a cubierto. En ocasiones, además, se suele emplear la técnica del abanico. Esta consiste en adosar el árbol, con las ramas laterales abiertas, a una pared o muro, eliminando las ramas centrales. Con esta práctica se pretende aprovechar el calor y la luz que arroja la pared al ser iluminada por el sol.
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