Guía de jardinería

Existen muchas formas de aportar nutrientes a nuestras plantas, cada uno nos aportara ciertos elementos para alimentar a la planta, como en el caso del té de plátano que vamos a ver hoy. Este aporta potasio, uno de los tres tipos de nutrientes básicos que necesitan las plantas, otros son el nitrógeno ( para crecer ) y el fósforo, aunque luego existen muchos más que necesitan pero en menos cantidad como por ejemplo el calcio.

El plátano es un alimento rico en potasio, así que aprovechando de que pocos consumimos la casara o piel del plátano, usaremos ese residuo para preparar este abono potásico. El potasio lo necesitan y usan en gran cantidad sobre todo las plantas de bulbo como pueden ser las cebollas, las zanahorias, los ajos, también flores como los tulipanes etc. También es muy buen abono para aportar en el momento que las plantas empiezan el estado de floración, en ese momento la planta requiere un extra de potasio que si se lo aportamos nosotros estaremos ayudando a que forme mejores flores y mas cantidad.
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Para que nuestros árboles frutales produzcan sanos y hermosos frutos deben crecer en un suelo sano y rico en nutrientes. Por ello la agricultura ecológica se centra en alimentar la tierra y no las plantas. Así la fertilización biológica de los frutales comienza por conseguir un suelo equilibrado que ponga al alcance de nuestros árboles los principios nutritivos que necesitan.

Los árboles frutales son grandes consumidores de nutrientes, nitrógeno, fósforo, oligoelementos y demás. Además son muy sensibles a las deficiencias en dichos nutrientes. El árbol necesita de ellos tanto para desarrollarse como para fructificar correctamente. Hay sin embargo dos épocas en el año en las que aumenta esta necesidad, el final de la primavera y el principio del otoño. En la primera por la aparición de la fruta y en la segunda porque ser cuando el árbol reconstituye sus reservas nutricionales.
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Para el jardinero el conocimiento de los fertilizantes y la forma de aplicarlos es crucial. Así que vamos a dar un ligero repaso de los conocimientos básicos que todo aficionado a la jardinería debe tener al respecto. Aunque las plantas adquieren su alimento del suelo y el aire no todos los suelos contienen los nutrientes que necesita una planta por lo tanto se hace imprescindible aportarles fertilizante.

Pero los fertilizantes, sobre todo los de origen sintético, no se pueden usar sin medida. Es posible matar una planta por un exceso de fertilización. Por ello es conveniente realizar un análisis del suelo antes de usar este tipo de fertilizantes para asegurarnos de que realmente hacen falta. Al usar fertilizantes podemos decantarnos por aportar los nutrientes de forma rápida o de lenta liberación para que actúen de inmediato o a largo plazo. Generalmente la presentación en forma de granulado va aportando los nutrientes poco a poco al suelo. Los de acción rápida se presentan en forma de polvo cristalizado.
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Aunque las plantas adquieren del suelo todos los nutrientes que necesitan para su ciclo vital, hay ocasiones en las que no es así. Esto se debe, bien porque se trata de plantas propias de otro tipo de suelo, o porque el sustrato ha sido diezmado y no se encuentra en su mejor momento. En cualquier caso, es necesario contribuir a su mejora. Para ello se emplean los fertilizantes.

Los abonos minerales son compuestos de diferentes sustancias que aportan nutrientes a las plantas, lo que asegura su correcto desarrollo. Estas soluciones nutritivas se pueden confeccionar de manera orgánica o inorgánica. La primera es sostenible y artesanal (por ejemplo el compost), mientras que la segunda se obtiene como resultado de un proceso de síntesis realizado en fábricas.

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Para que sus rosales tengan más vigor, florezcan más y presenten una menor sensibilidad a las enfermedades es el momento de aportarles nutrientes de buena calidad. El abono de fondo tiene una acción progresiva y duradera, enterrado en invierno, estará disponible para cuando compience el despertar vegetativo de los rosales, entonces asegurará su alimento durante la primavera y el verano.

La elección de un fertilizante orgánico presenta la ventaja de favorecer la proliferación de microorganismos en el suelo, los cuales tras la digestión de los nutrientes permiten que las plantas los puedan asimilar. Para los rosales, los abonos orgánicos más convenientes, al menos en esta fase, son los cuernos y pezuñas triturados y torrefactados y el fosfato natural. Estos abonos no presentan ningún riesgo de producir quemaduras a las raíces y procuran una nutrición equilibrada, estimulan el crecimiento y la floración. Por otra parte garantizan una mejor salud de los rosales.

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