Muchos microorganismos viven en el suelo y su presencia es imprescindible para una buena salud del suelo pero ciertas especies de hongos como los oomicetos y algunas bacterias producen enfermedades en las plantas. Las enfermedades incluyen pudriciones radiculares causadas por hongos o bacterias así como enfermedades que producen un marchitamiento progresivo de la planta ya que impiden la buena circulación del agua a través de la misma. Algunos de estos agentes patógenos pueden permanecer latentes en el suelo durante años infectando a los cultivos posteriores.
La mejor forma de combatir cualquier enfermedad en las plantas es prevenirla. Así hay toda una serie de medidas que debemos tener en cuenta para que el suelo de nuestro jardín permanezca sano. Una forma muy eficaz es controlar todo lo que entra en nuestro jardín, plantas nuevas, suelo, abonos orgánicos, cualquier elemento que pueda actuar como transmisor de agentes patógenos. Debemos ser los aduaneros de nuestro jardín para evitar en lo posible la entrada de estos vectores de transmisión.
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