Bonsáis de exterior: consejos y cuidados Artículo Publicado el 12.01.2015 por Carolina

Colocar los bonsáis en el exterior asegura un desarrollo vigoroso de los mismos. Esto es especialmente visible en los ejemplares de árboles frutales, que florecen abundantemente y desarrollan sus frutos con mayor tamaño y mejor aspecto.

Si queremos colocar a nuestros ejemplares de bonsáis en el exterior debemos tener en cuenta los siguientes consejos:

• Colocar el árbol en un sitio abierto, con orientación sur-sureste.
• La planta debe recibir el sol desde finales del otoño hasta mediados de la primavera. También durante el invierno es conveniente que la planta reciba la luz del sol el mayor número de horas posible.
• Es conveniente cambiar la orientación en verano para que las horas de mayor radiación solar no le afecten.
• También hay que modificar su situación en caso de fuertes vientos. El viento del norte y el viento del este son nocivos para estas plantas, por lo que debemos protegerlos de alguna manera.
• Si hay zonas de sombra, hay que colocarlos bajo ella durante el verano, sobre todo al medio día y durante las primeras horas de la tarde. Si no tenemos esta posibilidad, debemos cubrirlos con una malla de sombreo. El objetivo es evitar la evaporación de la humedad de la tierra de la planta.
• Durante el invierno hay que proteger al bonsái de las heladas y las bajas temperaturas. En estos casos, los mejor es meterlos en el interior de nuestra vivienda, siempre que sea en una habitación donde no haya calefacción).
• Es conveniente que cubramos su suelo de la maceta con musgo verde para evitar la pérdida de humedad durante el verano.
• También debemos prestar atención a los vientos que afectarán a nuestra planta. Así, si son constantes necesitarán mucha agua.
• Debemos aprovechar el invierno para hacer una poda estructural de nuestro bonsái.
• El agua de lluvia es buena para los bonsáis, por lo que no debes preocuparte ante su aparición.

Algunas de las especies bonsái que mejor se adapta al exterior son las siguientes: ficus retusa, ficus benjamina, manzanos, granados, olivo, higuera, carmona microphylla, ficus panda, murraya paniculata, sageretia teezans y ulmus parvifolia. En cualquier caso, lo mejor es escoger una especie autóctona de la zona en la que residimos. De esta manera nos aseguraremos de su supervivencia pues ya está adaptado a su entorno.

Dependiendo de nuestra meteorología escogeremos una especie u otra. Así, por ejemplo, si nuestro jardín es un espacio muy sombrío, nos conviene cultivar un tejo o un falso ciprés. Si, por el contrario, tenemos mucho sol las coníferas son las especies indicadas.

Fotos: morguefile.com