Guía de Jardinería

Cómo cultivar una secuoya gigante a partir de semillas Artículo Publicado el 08.09.2017 por Javi

La secuoya gigante o secoya, Sequoiadendron giganteum, es un árbol americano que alcanza una altura de entre 50 y 85 metros de altura. Es una de las tres coníferas conocidas con el nombre popular de secuoya. Aunque alcanza menor altura que su pariente la Sequoia sempervirens le gana en volúmen. Es de hecho el organismo vegetal más voluminoso del planeta. También como sus familiares es muy longeva y se ha llegado a datar un ejemplar en 3200 años de antigüedad.

Pues vamos a ver qué podemos hacer para criar nuestra secoya gigante desde semillas. Éstas las podemos conseguir a partir de los conos que produce el árbol. Y aunque vivamos lejos de su lugar de origen, la Sierra Nevada de California, Estados Unidos, hay ejemplares repartidos por todo el planeta. Por ejemplo en España hay registradas 29 secuoyas gigantes como árboles monumentales pero en el resto del mundo hay 3901 y un gran número de ellas en Europa, concretamente donde más hay es en Francia, 1110, y le sigue Bélgica con 986. Curiosamente en Estados Unidos sólo hay registradas 218.

Hay que recolectar los conos verdes caídos en el suelo. Sus semillas son las que tienen más posibilidades de germinar (entre el 20 y el 40% es la tasa de germinación en su hábitat natural).

Dejaremos que sequen bien los conos y se abran, las semillas caerán por sí mismas y las podemos recoger con facilidad. De todos modos también podemos encargar las semillas en algún comercio dedicado a su venta. Seguramente será la forma más eficiente de conseguir buenos resultados. Generalmente estas semillas tienen una tasa de germinación superior al 40%.

Al igual que la mayoría de las coníferas, las semillas de secuoya gigante necesitan un periodo de frío antes de salir de la latencia. Una buena manera de realizar esta escarificación en frío que precisan es la siguiente. Colocaremos las semillas envueltas en filtros de café, nos aseguramos así un papel libre de elementos químicos, humedecemos el filtro y los introducimos en bolsas herméticas de plástico.

A continuación introduciremos las bolsas con las semillas en el refrigerador. Y las dejaremos durante unas 4 semanas. Transcurrido este periodo de tiempo sacaremos las bolsas y las dejaremos en un lugar oscuro a temperatura ambiente. Este cambio hará que las semillas comiencen a germinar.

Al cabo de unos días sacaremos los filtros de papel de la bolsa y veremos como van las semillas. Separaremos las que hayan brotado y las sembraremos. Las demás las dejaremos unos días más.

Prepararemos unos semilleros con sustrato corriente e iremos sembrando las semillas germinadas en ellos. La humedad será un factor clave para el desarrollo de la plántula. Hemos de estar muy pendientes de ello y no dejar que el sustrato se seque nunca. Para prevenir la aparición de mohos podemos añadir algún fungicida.

Las plántulas de secuoya gigante pueden tener de 3 a 5 cotiledones. Continuaremos con los riegos y evitaremos que las plántulas puedan recibir luz directa del sol.

Poco después veremos que aparecen las primeras hojas definitivas tras caer los cotiledones.

Después de unas semanas comenzarán a crecer las ramas. Este es un indicador de que las plántulas están listas para recibir más luz. Mueve lentamente tus plántulas a un ambiente más brillante, pero evitando todavía la luz directa del sol.

Cuando se hayan aclimatado al sol podremos sacarlas afuera durante el día. Habrá que redoblar entonces la precaución de tener siempre el suelo húmedo.

Cuando las plantas alcancen los 10-15 cm de altura es mejor sacarlos de su maceta y plantarlas directamente en el suelo. Esto asegurará que no se sequen y les dará espacio para que crezcan las raíces.

El lugar definitivo deberá medir unos 10 metros de diámetro. Espacio suficiente para que se desarrollen bien las raíces de este gran árbol. Al plantar allí nuestra secuoya gigante añadiremos fertilizante de liberación lenta para coníferas, a fin de que tenga alimento suficiente para desarrollar bien sus raíces la temporada siguiente.

Los primeros años protegeremos a la secuoya de cualquier animal que pueda tratar de comer sus brotes tiernos. Una malla metálica nos puede ir bien para protegerla esos primeros años. Después sólo necesitamos paciencia e ir viendo cómo crece poco a poco.


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