Guía de Jardinería

Cultivo y cuidados del cornejo Artículo Publicado el 06.06.2017 por Javi

El cornejo blanco, Cornus florida, es un arbusto originario de Norteamérica que puede llegar a convertirse en un pequeño árbol y alcanzar una altura cercana a los 5-6 metros. Se usa en jardinería ornamental sobre todo por su profusa floración que cubre, en primavera, prácticamente todo el árbol. Además su follaje toma un interesante color rojo en otoño.

Para cultivar el cornejo blanco o cornejo de flor necesitamos un suelo ácido y que cuente con buen drenaje. En lo que respecta a la exposición tolera tanto la sombra como el pleno sol. El único factor a tener en cuenta es que si lo cultivamos a pleno sol la floración durará menos. Aunque tolera bastante bien la sequía prefiere tener el suelo siempre un poco húmedo, nunca encharcado. Lógicamente necesitará más riego durante el verano.

Practicar el mulching con este arbusto es una muy buena práctica. Crear una capa de acolchamiento de unos 7-8 cm alrededor de la base del arbusto permitirá retrasar la evaporación del agua y proteger a la planta de las malas hierbas que pueden robarle nutrientes. El cornejo blanco no es una planta que necesite demasiados cuidadados, al contrario es más bien rústico. Puede que necesite algo de fertilización en primavera y otoño. Un aporte de nitrógeno en esas estaciones no le irá nada mal. Aunque si el suelo no tiene ninguna carencia significativa no le hace falta fertilización alguna.

El cornejo ha tenido un uso práctico considerable a lo largo de la historia debido a las características de su madera. Ésta se ha empleado tradicionalmente para elaborar flechas, raquetas de tenis, mangos de cuchillos, ruedas y demás usos relacionados con la tornería. También se ha usado el cornejo como planta medicinal.

Así las hojas del cornejo se usan en infusión o decocción para tratar problemas de la piel y como regenerador de la misma. Para bajar la fiebre se usaba tanto la corteza del arbusto como los frutos que produce. Antiguamente también se le atribuían propiedades antirrábicas al cornejo.

Las bayas del cornejo crecen durante el invierno y pueden variar en color y tamaño. Pueden ser de color blanco, rojo o azul. Y pueden ser muy pequeñas o tener un tamaño similar a las frambuesas. La fauna, sobre todo las aves, son las principales consumidoras de las bayas del cornejo durante el invierno. No se recomienda su consumo pues producen gases y molestias gástricas.


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