Guía de Jardinería

El cultivo de la Achimenes grandiflora Artículo Publicado el 01.03.2017 por Javi

La Achimenes grandiflora es una planta de la familia Gesneriaceae que incluye a plantas tan conocidas como la violeta africana. Ésta también nos regala con unas fantásticas flores tubulares de intenso color violeta. En cambio se trata de una planta rizomatosa de crecimiento rastrero. Hecho que le otorga un lugar especial a la hora de montar cestas o macetas colgantes pues nos permitirá aprovechar mejor su crecimiento.

No obstante se puede usar tanto en cultivo en el suelo, en macizos o rocallas o en cultivo en maceta. En cualquier técnica en que la usemos su caída, su follaje y sus llamativas flores no dejarán indiferentes a nadie. Es una planta originaria de Norteamérica, sobre todo de México, por lo que necesitará un clima templado para vivir bien en el exterior. Sus hojas son pequeñas, ovaladas y de un intenso tono verde.

Esta planta herbácea perenne alcanza tan sólo una altura de unos 15 cm debido a su crecimiento rastrero. Sus rizomas tampoco son muy largos, unos 2,5 cm, aunque sí muy abundantes y de cada uno sale un tallo. Podemos encontrar variedades con floraciones en color blanco, rosa, rojo y amarillo además del violeta más o menos fuerte que vemos en las imágenes que acompañamos.

La localización ideal para el cultivo de la Achimenes es un lugar en el que reciba sol a primeras y últimas horas del día pero que tenga un cierto sombreado durante las horas centrales del día. El sol fuerte, aparte de secarla, hará que la planta pierda color. El suelo deber ser suelto y arenoso, con muy buen drenaje pue a la planta no le van los suelos que retienen el agua. Debe ser un suelo fértil y rico en materia orgánica y le aportaremos riegos regulares y constantes pues necesita tener siempre un ligero grado de humedad. Lógicamente después del verano habrá que espaciar más los riegos hasta la siguiente primavera.

Los rizomas de la planta se pueden dejar en la tierra o desenterrarlos y guardarlos en un lugar seco durante el invierno. En esta estación será el mejor momento para efectuar la división de los rizomas y preparar nuevas macetas o lugares de cultivo con ellos. Durante estos meses más frescos del año hemos de tener cuidado, cuando regamos la planta, de hacerlo con agua templada, nunca fría. En cuanto pase el invierno, incluso a finales del mismo, la Achimenes comenzará a brotar de nuevo. Sus flores aunque no son muy duraderas, unos días tan sólo, en cambio son de constante aparición durante toda la primavera y el verano.

Cuando plantemos los rizomas deberemos hacerlo a una profundidad de unos 2,5 cm. Y lo haremos a finales de verano o principios de otoño. Entre 6 y 8 rizomas por hoyo o maceta es el número que se suele indicar. Cuando el Achimenes comienza a brotar es conveniente no exponerla a temperaturas inferiores a 15ºC y procurar que no reciba sol directo. Es una planta bastante delicada pero si velamos por sus peculiaridades nos regalará con su follajes y su floración incesante.


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