Guía de Jardinería

15 Plantas que son muy resistentes Artículo Publicado el 12.12.2017 por Libelula

Estas 15 plantas que vamos a mencionar hoy se caracterizan por su especial capacidad de resistencia, ya sea a climas más «extremos», falta de agua o resistencia a enfermedades y plagas. Que las etiquetemos como resistentes no quiere decir que no requieran nada de cuidados o atención. Siempre es recomendable conocer las necesidades especiales de cada planta respecto al tipo de suelo, el riego y las plagas que la afectan. De esta forma conseguiremos que crezcan saludables y se mantengan vigorosas.

SIEMPREVIVA (Heichrysum stoechas)

Esta es una planta medicinal perenne, con tallos alargados, erguidos o tumbados, de 40 o 50 cm de largo y que apenas requiere cuidados. Su atractivo reside sobre todo en las flores, cabezuelas agrupadas de color amarillo dorado y siempre vivas que aparecen en verano pero que pueden mantenerse secas durante largo tiempo.

ASTERISCUS (Asteriscus maritimus)

Como indica su nombre, a esta planta de origen mediterráneo le gustan los ambientes marítimos o cercanos al mar, sin afectarle los secantes vientos salinos. Se puede cultivar en lugares secos y soleados. Su rusticidad le permite aclimatarse a ambientes más continentales, donde únicamente teme las heladas fuertes. Dado su crecimiento limitado, que oscila entre 15 o 20 cm de altura, es muy recomendable para espacios pequeños, macetas o rocallas. A finales de primavera forma gran cantidad de flores doradas en tallos cortos, parecidas a las margaritas, sobre un fondo de hojas pilosas de tono grisáceo.

ACANTO (Acanthus mollis)

Esta planta herbácea de poco más de un metro de altura desarrolla grandes y lustrosas hojas perennes, que han sido inmortalizadas en los capiteles clásicos. Las flores, en forma de largas espigas erectas, aparecen entre la primavera y el verano. Lo único que exige es un riego frecuente y regular, sobre todo en la época de más calor.

LAVANDA (Lavandula angustifolia)

Oriunda de los países mediterráneos, se encuentra en su salsa bajo las condiciones propias de este clima, con veranos secos y calurosos. Las principales virtudes residen en su aroma y la belleza de sus inflorescencias violáceas, a lo que hay que añadir su rusticidad, adaptación a terrenos secos a pleno sol y su capacidad para prescindir del riego.

GERANIO (Pelargonium peltatum)

Era una planta considerada casi infalible hasta que hace unos años comenzó a ser atacada por las larvas de una voraz oruga venida de África. No obstante, sigue teniendo su encanto como planta casera por excelencia, con infinitas variedades. Se puede multiplicar fácilmente por esquejes obtenidos en primavera o avanzado el verano. En los periodos de más calor ha de regarse con regularidad, mientras que en invierno el aporte de agua debe reducirse al minimo.

ADELFA (Nerium oleander)

Aúna versatilidad y resistencia. La adelfa se comporta igualmente bien tanto en jardines con mucha agua como en aquéllos que prácticamente carecen de ella; en lugares expuestos a la contaminación urbana y en zonas prácticamente naturalizadas. Incluso puede soportar bastante bien los fríos invernales, aunque prefiere ambientes más cálidos, a pleno sol. La floración de este arbusto es todo un acontecimiento en verano, cuando se tiñe de rojo, rosa o blanco.

SANTOLINA (Santolina chamaecyparissus)

Las diminutas hojas de este arbusto de medio metro de altura son muy aromáticas. Sus flores, pequeñas cabezuelas amarillas, aparecen en verano. Si se planta en grandes grupos puede formar densos mantos. También se utiliza para formar setos que encierren cuadros de plantación. Le gustan las condiciones duras y crece bien sobre suelos porosos y a pleno sol. En otoño es la época ideal para podarla, provocando de esta manera su renovación.

ROMERO (Rosmarinus officinalis)

El romero es de esas plantas que apenas necesita ayuda para prosperar en un jardín. Sus hojas son muy aromáticas y las flores de color azul aparecen prácticamente todo el año. Crece muy bien en los terrenos soleados, pobres y arenosos. Para favorecer su ramificación y evitar que desarrolle tallos muy leñosos conviene podarlo cada año desde abajo, aunque también se le puede dejar crecer libremente, pudiendo alcanzar en este caso 1 o 2 m de altura.

DONDIEGO DE NOCHE (Mirabilis jalapa)

Sus flores veraniegas -blancas, amarillas, rojas o con distintos matices de colores jaspeados- tienen forma de trompeta. Se abren a principios de verano en cuanto se pone el sol, permaneciendo abiertas y exhalando un agradable perfume hasta el amanecer. Por esta característica se le conoce también como «bella de noche». Esta planta herbácea, que forma espesas masas de 1 a 1,5 m de altura, se multiplica muy fácilmente por semillas y crece sin problemas sobre una tierra normal de jardin bien abonada. Prefiere la exposición soleada y cálida, aunque debe regarse periódicamente en el verano, ya que pierde mucha agua a través de su denso follaje. Crece perfectamente en ambientes costeros afectados por los vientos salinos.

CARDO (Cynara cardunculus)

Los cardos también merecen su hueco en el jardín. La belleza de sus flores es tan apreciable como la de otras plantas mejor consideradas. Es una planta que resiste bien las heladas, aunque prefiere los lugares cálidos. Se propaga por semillas o por los brotes chupones que aparecen al lado de la planta madre durante la primavera.

HIEDRA (Hedera helix)

Como planta tapizante o cobertora de muros o celosías a la sombra es de las más utilizadas por su facilidad para agarrarse con sus raíces aéreas. Las hojas son persistentes, de color verde intenso, aunque existen variedades matizadas de amarillo pálido. Se puede multiplicar por esquejes en primavera, enraizando sin ningún problema.

AMAPOLA ORIENTAL (Papaver rhoeas)

Las plantas anuales dan pocos problemas en el jardín porque su vida es muy corta: apenas tienen tiempo de florecer y formar las semillas, que con suerte germinarán a la temporada siguiente. Las flores, formadas por cuatro pétalos con aspecto arrugado de color rojo escarlata, duran poco más de un día. Admite tanto pleno sol como sombra parcial, desarrollándose perfectamente en terrenos pobres y secos. Cubre gran parte de los campos españoles durante el verano.

ROSAL (Rosa canina)

El rosal ocuparía uno de los primeros puestos entre las plantas menos exigentes. Se adapta a todo tipo de terrenos, aunque agradece los bien abonados y expuestos al sol. Los rosales silvestres como la Rosa canina están aún mejor preparados para soportar climas rigurosos y la falta de cuidados, por lo que se utilizan muchas veces como base para los injertos de otras variedades con flores más espectaculares. Se multiplica a través de esquejes semileñosos.

CAMPANILLAS (Ipomea purpurea)

Se trata de una planta trepadora perenne o anual, según la severidad del clima. Crece a pleno sol, cubriendo en poco tiempo cualquier tipo de superficie horizontal o vertical. No tiene especiales requerimientos de suelo, pero sí agradece un riego frecuente durante la época estival. Las flores aparecen entre el verano y el otoño y son de color púrpura, aunque existen otras especies afines con tonos azules, blancos o rojos. Es fácil multiplicarlas a través de semilla.

ANTEMIS (Anthemis tinctoria)

Esta herbácea perenne de hojas profundamente divididas suele medir poco más de medio metro de altura. Llega a formar densas bolas cuajadas de flores blancas como margaritas. Debe emplazarse en lugares muy soleados sobre terrenos bien drenados. Cortando las flores marchitas se consigue prolongar el período de floración, que comienza en otoño. Cuando haya concluido la misma, se poda hasta la base para favorecer la formación de rebrotes nuevos.


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